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"Gobernar es educar"

En el día internacional de la mujer ocho destacadas periodistas conversaron con el presidente Luis Abinader sobre los planes de su gobierno en torno a la necesaria igualdad de género y garantía de derechos de la mujer dominicana.

La entrevista inició dándole al presidente la oportunidad de compartir sus impresiones sobre los asuntos propios de la fecha. Como de costumbre, el presidente hizo con la oportunidad lo que haría durante el resto de la entrevista: recordar a la audiencia que su gestión asumió el poder y que gobierna en medio de una crisis. “Empiezo por la crisis porque mi administración empezó en una crisis,” diría. “…Hemos estado en una administración de crisis,” volvería a señalar. 

Y yo me pregunto, ¿qué tiene que ver la crisis sanitaria y económica con su posición sobre la despenalización del aborto en tres causales? ¿Acaso la crisis le causó esa severa afonía? No recuerdo haber escuchado al presidente pedirle al Congreso – mayormente PRMista – que respetara la autonomía de la mujer para decidir sobre su cuerpo. ¿Permaneció así de callado cuando se reformaba la ley de desarrollo fronterizo? 

Parecería que su nivel de convencimiento sobre la importancia de la mujer en una sociedad es proporcional al número de mujeres que hoy forman parte de su gabinete. Porque sinceramente, ¿qué tendrá que ver la crisis sanitaria y económica con la posibilidad de designar un gabinete paritario? Y es precisamente ahí donde aplica eso de que en ocasiones es mejor no aclarar porque oscurece.

“Yo dije que sería paritario en términos de la dirección de gobierno,” respondió Abinader frente al cuestionamiento de una de las periodistas. “Nada quisiera yo más que fuese paritario también a nivel de los ministros.” 

Y yo me pregunto, ¿quién es responsable de conformar un gabinete si no es el presidente? ¿Habrá delegado Abinader la responsabilidad de conformarlo? ¿O es que pretende seguir burlándose de todos y todas nosotras, incluyendo a las propias gobernadoras, cada vez que las utiliza de subterfugio cuando alguien le toca el tema?

Resulta y viene a ser que la crisis que Abinader enfrenta trasciende lo sanitario y lo económico. El problema es él, su visión de las cosas, su manera de abordar la problemática nacional. Si el presidente entendió que dejando fuera de la política y de los puestos de mando a la mujer lograría subsanar crisis alguna, económica, de salud o de cualquier tipo, entonces su problema es de esencia.

La crisis del COVID-19 y todas las complicaciones asociadas evidenciaron la poca protección social y la poca capacidad de respuesta que brindan los Estados frente a situaciones de emergencia. Es por eso que la crisis debió fortalecer cualquier impulso por incluir a más mujeres en el gabinete. Si hay alguien que saca la cara en los momentos de crisis es la mujer dominicana. Basta con preguntar en los hogares a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Un gabinete paritario habría reconstruido una gran parte de los roles asignados a la mujer por la sociedad machista en la que vivimos. Habría expuesto a un presidente consciente de cómo sus expectativas de la mujer dominicana en calidad de jefe de Estado condicionarían sus vidas. Más aún en medio de una crisis sanitaria, ¿por qué no aprovechar para pensar el sistema de salud en torno a la mujer, que es su principal usuaria?

La desigualdad en materia de género no se resuelve con palabras. Así lo demuestra Abinader. Durante la entrevista, el presidente se jactaría de decir que fue el primero de los candidatos presidenciales en respaldar públicamente la despenalización del aborto en las tres causales. “Yo lo hablé en el 2015, todavía no era candidato…” Pero poco importa ser el primero en decirlo si no existe el compromiso como para empujar la despenalización. Poco importa decirlo si no hay disposición para defender ese supuesto interés frente a sus compañeros de partido y otros sectores influyentes de la sociedad.

Poco importa decir que trabajará por la mujer dominicana si no entiende que romper con la desigualdad de género requiere de muchos esfuerzos integrados orientados a corregir barreras de naturaleza sistémica. Dicho de otra manera, los problemas que enfrenta la mujer dominicana no se resolverán sólo desde el ministerio de la mujer. Sólo desde la transversalidad de un enfoque de género en el accionar estatal podríamos ver avances interesantes. Eso no es distinto a decir que la lucha en contra del cambio climático requerirá de mucho más que la Comisión Nacional para el Cambio Climático. Requeriría, por ejemplo, de esfuerzos conjuntos y planificados de los ministerios de educación. Requeriría de una visión integral de la problemática y de un equipo que la comparta. Hoy el gobierno no exhibe ni una ni la otra en materia de género.

Lo que les digo es que no existe ni existirá una agenda de gobierno en torno a la desigualdad de género. Para muestra, un botón. Frente al cuestionamiento sobre la necesidad de incluir contenidos de educación sexual en el currículo nacional, el presidente respondió diciendo que “tenemos dos cátedras ciudadanas.” ¿Es esa la respuesta de una persona que quiere dar pasos en favor de la mujer? No se trata de ser experto en el tema. No. Esa respuesta es ofensiva incluso para la ministra de la mujer que veía la entrevista en vivo detrás de las cámaras. La inclusión planificada en el currículo escolar es una de las herramientas más poderosas para frenar el embarazo adolescente, la violencia, el acoso. Es una de las principales maneras en la que los países construyen culturas de paz, socializan nociones de justicia e igualdad, ponen fin a la idea de las “ciudadanas de segunda.” Entre otras cosas, la escuela debería servir para enseñarnos a ser más críticos con nosotros mismos y con el mundo a nuestro alrededor. Debería servir para enseñarnos a vivir juntos, a ser un colectivo más justo. Negar la inclusión de la educación sexual en el currículo nacional es negarnos la posibilidad de ser ese colectivo justo con todos y todas.

Pero quizás lo más revelador de la entrevista es la forma en la que el presidente entiende su rol dentro de la sociedad. Abinader repite a menudo y con orgullo que él no es un presidente que gobierna por decreto. Pero es que nadie le pide imposición. Lo que se le pide es que ejerza un liderazgo responsable. Deje ya de decir que la gente no entiende las causales y explíquelas señor presidente.

El liderazgo responsable no es ni podrá ser nunca reactivo; asume posiciones con firmeza. Si bien no se puede complacer a todo el mundo, tampoco se puede querer agradar a todo el mundo evadiendo las responsabilidades. ¿Para qué llega a la presidencia si no pretende hacer uso de ella? ¿Dónde está el compromiso del que tanto habla? 

Las decisiones que desde el poder se toman tienen efectos diferenciados. Por eso los niveles injustificados de pobreza y desigualdad. Los intereses son inherentes a las sociedades. La pregunta es cuáles intereses favorece el presidente. ¿Decidirá ayudar a la mujer dominicana o seguirá diciendo que fue el primero en anunciar su apoyo a las causales públicamente sin hacer algo por ellas? 

La crisis del presidente es una crisis de esencias. Y son esas esencias las que definen el rumbo que toman los países. 

Nunca más cierta la frase popularizada por el expresidente chileno Pedro Aguirre Cerda: “gobernar es educar.” ¡Y vaya que nos educan mal!  Llegó la hora de apostar a una nueva esencia comprometida con la tarea de defender los derechos de nuestras mujeres y de todo el pueblo dominicano.

Aquí les dejo el enlace de la entrevista:

Lo que dice la gente

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