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La batalla fuera del juego: que República Dominicana se reconozca como potencia de los eSports

La batalla fuera del juego: que República Dominicana se reconozca como potencia de los eSports

Fotos por: Daw Guzmán y Sulion Sang (Los Quimical Broders)
Entrevista: Paola Tejeda y Luli Vilas


La demanda de disciplina y fortaleza mental de sus jugadores, las estrategias, los movimientos, las ligas, las competiciones, el lenguaje propio, la audiencia, la industria millonaria… Los juegos electrónicos no son solo un pasatiempo, también son un deporte. República Dominicana tiene el potencial de ser un semillero de profesionales de eSports que hagan que el país se beneficie de una industria vibrante y lucrativa. Pero primero hay que romper la barrera cultural que desconoce este potencial, acostumbrada a la tradicional historia de los peloteros de Grandes Ligas.

Son las 4 y media de la tarde de un martes y en The Otto’s Dojo, un centro de internet del barrio de Villa Consuelo donde se practican deportes electrónicos, se encuentran dos adolescentes jugando un videojuego de basketball frente a la mirada atenta de dos niños de menos de 10 años. El nombre “Dojo” hace referencia a los gimnasios de artes marciales, a propósito de la popularidad de los videojuegos de pelea en República Dominicana. 

Allí nos espera Saúl Mena (23 años), oriundo del barrio María Auxiliadora y primer bicampeón del mundo en la Copa Capcom, un torneo internacional anual de gaming creado por la empresa desarrolladora del juego de lucha japonés Street Fighter. 

Saúl Mena en The Otto’s Dojo. (Foto por: Sulion Sang y Daw Guzmán)


Los Dojo o centros de internet son un punto de encuentro en el barrio, como lo son los parques, los colmados y las iglesias. Mena, tras ganar su primer campeonato, con tan solo 18 años, invirtió para que The Otto’s Dojo tenga mejores condiciones para la gente del barrio que juega en ellos. “Yo quiero incentivar eso, que tengamos lugares que ayuden a los jóvenes a prepararse, que tengan ese centro y que podamos hacer eventos semanales o mensuales sin costo. Así fue que yo me desarrollé y así nos hemos desarrollado muchos. No hay que crear nada nuevo, es mejorar la infraestructura de lo que ya está”.  

Mena y sus amigos en las afuera de The Otto’s Dojo. (Foto por: Sulion Sang y Daw Guzmán)


Hacer esto ayudaría a democratizar todavía más un deporte que puede crearle una vida y una carrera a cualquier persona, sin ninguna limitación “No importa tu edad, no importa tu color, no importa si tienes alguna discapacidad”. La gran barrera en República Dominicana es cultural: ser un profesional de deportes electrónicos no es la historia que tanto conocemos del sueño de triunfar en las Grandes Ligas del Béisbol. Para los padres de los gamers los videojuegos son “solo un juego”. 

Los padres de Mena no se oponían a que él invirtiera tiempo jugando en casa, ya que esto lo mantenía fuera del peligro de las calles. Sin embargo, empezaron a sentirse amenazados ante la posibilidad de que Mena viera afectado su desempeño académico sin obtener ningún beneficio de jugar. 

“Mucha gente no sabe las oportunidades que hay en el gaming, hay muchas áreas, más allá de las competencias, que las personas pueden ejercer. Se pueden conseguir becas con el gaming y estudiar en universidades a las que quizás, de otra manera, no se tuvieran acceso. Yo aprendí inglés a través del gaming, eso me ha abierto muchas puertas”.

A pesar de la barrera cultural, en el país ha habido una comunidad local de gamers compuesta por personas de todas las clases sociales y de toda la geografía nacional, que ha hecho posible las competiciones, aún sin contar con las estructuras y los patrocinadores que hay en otros deportes. 

La introducción de Mena a la comunidad de gamers fue a través de su primo, con quien compartía techo. Siendo el menor de su familia, creció viendo a los jugadores destacados de la comunidad de gamers locales yendo a su casa a practicar. Poco a poco, Mena empezó a ganarle a sus primos, a sus hermanos y a todos los jugadores del barrio. 

“Alguien tenía una marquesina y decía que el mes que viene haría un torneo, recolectaban 100 pesos y el que ganaba se llevaba la recolecta. Después la comunidad se fue organizando un poco más en clubes. En el Club de los Mayoristas de la Defilló hacíamos un evento grande anual. Los premios eran de 2 mil pesos, eso era mucho. Recuerdo la primera vez que en el evento hubo 5 mil pesos, era una locura. No había patrocinadores”. 

Siendo un jugador local destacado, Mena, jugando en línea, le ganó a un jugador destacado de Estados Unidos quien, sorprendido por sus habilidades y por enterarse de que había una comunidad de gamers en República Dominicana, lo invitó a jugar en los torneos estadounidenses. “Me dice: eres un jugador excelente, si tú vienes a los torneos americanos, puedes tener un excelente resultado. El mejor jugador con el que yo he jugado de aquí eres tú”. 

Cuando Mena le externó la complejidad del proceso para conseguir Visa americana en República Dominicana, el jugador habló con una organización canadiense, quienes le enviaron una carta de invitación y le costearon el vuelo, esto ayudó a Mena a conseguir la Visa. Un año después, Mena ganó la Capcom Cup 2017. 

El proceso de profesionalización 


Tras graduarse del colegio a la corta edad de 15 años, sus padres lo motivaron a estudiar Ingeniería en Software, debido a que invertía gran parte de su tiempo en computadoras por su pasión por los videojuegos. Sin embargo, a Mena no le gustó la carrera y la terminó abandonando para dedicarse al gaming y prepararse para su primer torneo internacional. 

Empezó a trabajar en una tienda de videojuegos y, quien era su jefe, le prestaba una consola para que practique. Tras ganar la primera Capcom Cup, en 2017, con un premio metálico de USD$250 mil dólares, Mena, consciente de que había llegado con el gran apoyo de su comunidad, invirtió gran parte de este dinero en ella. “Creé un equipo para ayudar a los jugadores a transportarse fuera y tener exposición. Renové el Dojo e hice un circuito de eventos”. 

En el 2019, Mena se pone en contacto con Blink Esports, una liga profesional que desde el 2018 se dedica a brindar plataforma para profesionalizar y darle soporte a la industria de esports en el país y la región, desarrollando experiencias online y offline. “En Blink estaban haciendo los mejores eventos que he visto en República Dominicana. Ellos me ofrecieron hacer el mejor equipo del país. Así nació Bandits, empezamos con los mejores jugadores de juegos de pelea y nos hemos ido expandiendo a otros géneros”. Bandits actualmente cuenta con 12 jugadores dominicanos y de la región.  

Gracias a este proceso de profesionalización junto a Bandits, Mena tuvo acceso a un profesional de salud mental que hizo posible que conquistara su segundo torneo internacional. “La gente no tiene idea de qué tan difícil es, del nivel de profesionalización que conlleva ser un jugador profesional. Se requiere de muchos sacrificios”, explica Ricardo Rincón (42 años), manager del equipo de Bandits. 

Saúl Mena y su manager, Ricardo Rincón, en las afueras de la casa de infancia de Mena, en el barrio María Auxiliadora. (Foto por: Sulion Sang y Daw Guzmán)


Con el apoyo de inversionistas y empresas patrocinadoras que apuestan a los eSports, hoy la comunidad de gamers está en un lugar más privilegiado. “Antes no había equipos, torneos, internet ni nada. Ahora yo puedo decir con orgullo que sí. Tenemos eventos de clase mundial y vamos a seguir consiguiendo más cosas”, explica Mena entusiasmado. 

Los inversionistas que ven en los eSports una potencial industria, también buscan el apoyo del Estado dominicano. En el 2019 se presentó la Federación Nacional de Deportes Electrónicos (FDDE), quienes buscan organizar, promover y desarrollar el ecosistema eSports en la República Dominicana. Dicha federación, está impulsando el Proyecto de Ley de Deportes Electrónicos, propuesto en la Cámara de Diputados por el legislador Orlando Jorge Villegas (PRM). 

El Proyecto de Ley de Deportes Electrónicos busca que se reconozcan los deportes electrónicos como un deporte profesional, a sus practicantes como atletas profesionales con la misma clasificación de atleta y/o deportista que establece la Ley General de Deportes 365-05 y que las entidades del sector privado que busquen desarrollar este deporte, formen parte del Sistema Deportivo Nacional del país y reciban los mismos beneficios e incentivos que establece la Ley General de Deportes. Esta ley permitiría, entre otras cosas, que se incluyan los deportes electrónicos en el pensum escolar de la materia de educación física en las escuelas públicas, privadas y universidades y también facilitaría el acceso a visado de sus practicantes profesionales.   


El futuro


Mena no ve el futuro en términos individuales, sino colectivos. Su aspiración es seguir siendo parte del engranaje que ha hecho posible que se profesionalice este deporte en el país. “Mis próximos pasos son desarrollar mucho más la comunidad dominicana, que se reconozca como un deporte, trae muchísimas oportunidades y hay muchas personas que pueden encontrar su espacio en los deportes electrónicos”.

Como parte importante de este engranaje, Mena también aspira a seguir desarrollándose competitivamente, ganar más campeonatos mundiales y estudiar psicología deportiva. “Es posible ser campeón de gaming y tener una carrera universitaria. La gran mayoría de los campeones mundiales son japoneses y son personas muy preparadas. Al que yo le gané, ya fue campeón y se graduó de la Universidad de Tokio. Muchos de esos jugadores tienen un nivel académico élite”.

“Me interesa la psicología deportiva por el efecto que vi que causó en mí. Mi psicólogo deportivo me ayudó a encontrarme a mí mismo en muchas áreas que yo estaba perdido. Hay muchas cosas que afectan a un deportista, pero más que todo está la motivación. ¿Por qué haces lo que haces? No solamente es ganar, es por qué hago esto”.

La resistencia cultural frente a los deportes electrónicos no es la única que Mena intenta romper. En República Dominicana, los temas de salud mental aún siguen siendo un tabú. “He sido un evangelizador de la importancia de la salud mental con mis amigos, sin embargo, el mayor ejemplo es lo que ellos vieron en mí”. 

“Hay cosas que la gente no te va a apoyar porque quizás viene de un sitio de ignorancia. Es lo que pasa con el gaming, mucha gente no sabe las oportunidades que hay aquí. El mito más grande es que el gaming te roba la vida, eso no es así, tú lo haces parte de tu vida”. 

Mena nos muestra que nuestro país es diverso, plural y no cabe en una definición monolítica. Su historia, rompiendo barreras culturales y practicando un deporte no tradicional, nos demuestra lo competitivos que podemos ser. “República Dominicana ya es una potencia en el gaming. Somos el único país del mundo que ha ganado dos veces la Capcom, somos un pedacito de tierra de unas 11 millones de personas, compitiendo con China, con Japón y con EEUU. Ya somos una potencia y no debemos dejar de ir el chance de desarrollarlo, tenemos que apoyarlo. Si apoyamos los eSports, nadie va a poder con nosotros”.

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