El insigne autor colombiano Gabriel García Márquez, en afamada entrevista con el periódico El Mundo en febrero de 1982, disertó sobre la identidad y unidad en América Latina. Durante su entrevista, García Márquez declaró, en su colorida forma, que “Una característica que nos unifica y nos singulariza, con respecto a los demás continentes, es la creciente necesidad de saber quién carajos somos”.
En las décadas subsecuentes a esta memorable afirmación, América Latina ha sufrido una transformación en todos los sentidos. Las dictaduras que se encontraban establecidas en países como Brasil, Argentina y Chile fueron derrumbadas por movimientos populares, y las guerras civiles que sacudieron a gran parte de Centroamericana se dilucidaron, con acuerdos de paz imperfectos. Sin embargo, desde la entrada del nuevo milenio, la gran mayoría de los países de la región se han adentrado a un proceso de democratización, el cual ha sido caracterizado por el surgimiento de nuevas fuerzas y figuras políticas.
Hoy en día, América Latina, se encuentra en un proceso de transición histórica. Sean las explosiones sociales en Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia, el ascenso de China en la región o la pandemia de la COVID-19, América Latina y el Caribe, en lo adelante, ALC, se encuentra en los primeros años del ocaso de un nuevo contexto político. Una nueva ola de políticos no tradicionales como Nayib Bukele en El Salvador, Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia, Jair Bolsonaro en Brasil, entre otros, han alcanzado el poder, irrumpiendo en una nueva forma de hacer política en la región.
Una nueva ola izquierdista.
Aunque pudiese parecer un retorno a la primera década del milenio, cuando Hugo Chávez gobernaba en Venezuela, Lula da Silva en Brasil, Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Michelle Bachelet en Chile; América Latina transita una nueva iteración de la afamada “ola rosada”, que posicionó a gobiernos de izquierda en la gran mayoría de los países del continente. El impacto de esta tendencia se ha manifestado con una serie de victorias para la izquierda política en los últimos años.
Entre dichas victorias, ninguna ha sido más sorpresiva que el triunfo de Gustavo Petro en Colombia. El citado país suramericano, se había demarcado en el continente como un baluarte para la centroderecha política. Desde la victoria en el año 2002, del ex presidente Álvaro Uribe, cuatro de las pasadas cinco elecciones presidenciales en dicho país suramericano han sido dominadas por candidatos con afiliación al Uribismo (i.e. José Manuel Santos e Iván Duque).
Sin embargo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales colombianas, celebradas el pasado domingo 20 de junio de 2022, el senador, militante y candidato de izquierda Gustavo Petro obtuvo el 50.44% de los votos escrutados, contra su adversario, el magnate de construcción y ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, quien alcanzó un 47.31% de los votos. En su discurso de victoria, Petro prometió un “cambio de verdad” y una “Colombia más humana”. Así mismo, prometió un “gran acuerdo nacional” que reúna a partidos políticos de todas las ideologías para superar los principales problemas que atraviesa el país.
Petro, quien se posiciona como el primer presidente izquierdista en la historia de Colombia, ganó la presidencia de su país, en un contexto de escándalos sobre corrupción y protestas nacionales. Su triunfo se encasilla en un hilo interesante, ya que, cuatro de las cinco elecciones presidenciales que se han celebrado en el año 2022 en América Latina, la izquierda política ha triunfado. Ejemplos incluyen: Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Perú, y Xiomara Castro en Honduras. De igual forma, la izquierda latinoamericana ha continuado una rancha de triunfos, la cual inició en el año 2018, con la victoria de Andrés Manual López Obrador (AMLO) en México; Alberto Fernández y Cristina Fernández en Argentina; y Luis Arce en los comicios bolivianos.
Así mismo, en las venideras elecciones presidenciales brasileñas, a realizarse el próximo mes de octubre de 2022, el ex presidente y candidato presidencial del Partido de Trabajadores (PT), Lula Da Silva, lidera las encuestas, frente al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. La última encuesta de la firma STATISTA, realizada a fines del mes julio de 2022, prevé que, en una primera vuelta, el ex mandatario brasileño triunfaría con entre un 43 y 45% de los votos, frente a un 31 a 37% del actual presidente de derecha. (STATISTA Research Department; 2022)
Auge de los outsiders.
De mano con el citado renacimiento de la izquierda política en América Latina, ha comenzado a manifestarse un fenómeno político interesante: el auge de los outsiders. Borja (2012), define que los outsiders son aquellos políticos: “quienes, estando fuera de los cuadros partidistas y de la vida pública activa en su país, participan por primera vez como candidatos en un proceso electoral”. Poster (2012), así mismo, agrega a esta definición, indicando que: “es un individuo que viene de fuera del sistema de partidos y de la sociedad política, con un prestigio ganado en otra actividad, diferente de la política”.
El político protagónico de esta tendencia en ALC, en el momento, es Nayib Bukele, quien derrotó a los partidos tradicionales de su país. Bukele, quien fungió como alcalde de San Salvador por el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), alcanzo la victoria en los comicios salvadoreños, con un mensaje en contra de la corrupción y las gangas, y, además, se separó de la partidocracia, representada por FMLN y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Otro ejemplo de esta tendencia es el presidente actual de Brasil, Jair Bolsonaro, quien antes de ostentar la presidencia de su país, era diputado en el Congreso brasileño. Éste logró triunfar en las elecciones presidenciales brasileñas, utilizando como base un discurso en contra de la corrupción que había sacudido a esa nación. Esta tendencia también vino a relucir en los recientes comicios colombianos, con la candidatura de Rodolfo Hernández en las elecciones colombianas. El empresario y ex alcalde de Bucaramanga se perfiló con un discurso populista, fustigando en cada salida pública a “los corruptos”.
En Chile, de igual forma, dicha tendencia jugó un rol importante, con la candidatura del ex diputado y candidato por la derecha, José Antonio Kast, quien alcanzó un 44.13% en los recientes comicios de esa nación. Kast, quien representó a una gran alianza de partidos, liderada por su propio Partido Republicano, destronó a la tradicional coalición de Renovación Nacional, y se posicionó como el baluarte de la derecha en dicha contienda electoral.
Causas y consecuencias.
Las causas de esta nueva ola política son multifacéticas, pero es evidente que la estructura socioeconómica de la región hace a sus países más propensos a este tipo de manifestaciones. En este contexto, la pandemia de la COVID-19 ha sido, así mismo, un evento transformador en el mundo, el cual ha actuado como un acelerador de procesos sociales longevos, y ha agudizado las condiciones económicas antes referidas.
Según ha proyecta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe especial titulado “La pandemia provoca aumento en los niveles de endeudamiento de los países de la región y pone en peligro la reconstrucción sostenible y con igualdad”, del año 2021, América Latina y el Caribe tendrá un crecimiento económico de un 1.8% en el año 2022. De igual forma, se espera que haya un aumento de la pobreza (de 29.8% en 2018 a 33.7% en 2022) y de la pobreza extrema (10.4% en 2018 a 14.9% en 2022), especialmente en México, Colombia, Brasil, y Paraguay.
Otro de los factores que ha impulsado esta volatilidad política es la falta de confianza en las instituciones públicas. A partir del año 2018, cuando esta ola anunció sus primeras manifestaciones, varios escándalos de corrupción han azotado a gobiernos a través del continente. Esto ha contribuido a un desplome en la confianza de la ciudadanía. Según ha estimado la CEPAL en otro de sus estudios, titulado “Recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas es fundamental para retomar una senda de crecimiento inclusivo y de mayor bienestar para todos en América Latina y el Caribe”, tres de cuatro ciudadanos en América Latina tienen poca o ninguna confianza en sus gobiernos. Así mismo, alrededor de un 80% creen que la corrupción se encuentra extendida a las instituciones públicas.
De igual forma, y de manera más preocupante, la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático en sí ha sido lacerado, al punto que, un reciente estudio titulado “El apoyo ciudadano a la democracia en América Latina”, apunta, entre sus principales hallazgos, que:
“Si bien la mayoría de los ciudadanos expresan su apoyo a la idea abstracta de democracia en las Américas, esta actitud está disminuyendo rápidamente en la gran mayoría de los países. El apoyo a la democracia es menor y está descendiendo más rápidamente entre los ciudadanos que tienen los niveles socioeconómicos y de educación más bajos.”
En consecuencia, dicho estudio destaca que, aunque el 61% de los votantes encuestados aún vislumbra a la democracia como la mejor forma de gobierno, esto representa una reducción en 18 de los 20 países encuestados. Inclusive, esta caída en el apoyo a la democracia fue considerable en la mayoría de los países, alcanzando 20 puntos porcentuales o más en Argentina, Colombia, República Dominicana y Jamaica, y más de 10 puntos porcentuales en Costa Rica, Panamá y Paraguay.
Finalmente, y recordando las palabras de García Márquez, América Latina siempre se ha caracterizado por una búsqueda perpetua de identidad. La política, como espejo de la sociedad, no puede escapar de esta tendencia. En tanto, la transformación política que ha primado en los últimos años, avisó un cambio interesante en el continente, y la muerte de una política de partidos de centro. La nueva izquierda y derecha, y los outsiders, se encuentran en ascenso, y aumentan su relevancia cada día más.
Referencias Bibliográficas:
1) Lupu, Noam y Schiumerini, Luis. “El apoyo ciudadano a la democracia en América Latina”. Fundación Kondra-Adenauer-Stiftung. DP Enfoque No. 8. Montevideo. 2021.
2) Rodríguez Andrés, Roberto. “El ascenso de los candidatos outsiders como consecuencia de las nuevas de Comunicación Política y la desafección ciudadana”. Revista Comunicación y Hombre. No. 12. Pp. 13-95. Madrid. 2016.
3) Padinger, Germán. “Una nueva izquierda’ se consolida en América Latina: ¿En qué podría diferenciarse de la vieja?”. CNN. 2022.
4) Comini, Nicolás y Frenkel, Alejandro. “La política internacional de América Latina: más atomización que convergencia”. Revista Nueva Sociedad. Nuso No. 271. Septiembre-Octubre 2017.
5) Dallanegra Pedraza, Luis. “Tendencias políticas en América Latina en el contexto mundial del siglo XXI. Hacia una teoría política realista-sistémica-estructural sobre América Latina”. Revista Espiral. Vol. 15, No. 43. Guadalajara. 2008.
6) Apprendino, Maximiliano, Goldfajn, Ilan y Pienknagura, Maximiliano. “América Latina sufre un shock inflacionario tras otro”. Departamento del Hemisferio Occidental. Fondo Monetario Internacional. Washington, D.C. 2022.
7) Lissardy, Gerardo. “En qué se diferencia la nueva ola de izquierda en América Latina de la ‘marea rosa’ que surgió hace dos décadas”. BBC Mundo. 2022.
8) Lissardy, Gerardo. “La izquierda que representa Petro en Colombia (y cómo se compara con AMLO, Boric y otros gobernantes de América Latina”. BBC Mundo. 2022.
9) Schiumerini, Luis y Lupu, Noam. “El apoyo ciudadano a la democracia en América Latina”. Fundación Konrad Adenauer. DP Enfoque No. 8 (edición especial). Montevideo. 2021.
10) Sánchez, Karen. “¿Se afianza la izquierda en América Latina con la llegada de Petro al poder en Colombia?”. Voz de América. 2022. https://www.vozdeamerica.com/a/se-afianza-la-izquierda-en-latinoamerica-con-la-llegada-de-petro-al-poder/6629529.html
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