Por Franiel Genao
La Junta Central Electoral (JCE) es responsable de llevar el registro civil de la República Dominicana, un inventario importante y sensible, que registra la vida de cada dominicano desde que nacemos hasta su fallecimiento y del que se desprenden diversos documentos legales necesarios para la vida en sociedad. Como además esta institución tiene la tarea de organizar los procesos electorales que la Constitución manda a realizar en el país.
La Constitución de la República indica que cada 4 años deben ser renovados o ratificados los integrantes del pleno de este organismo autónomo y descentralizado, que será 5 personas, que cumplan los diversos requisitos que obligan las leyes que sirven de marco legal. Este proceso de selección liderado por el Senado de la República, se está desarrollando en un contexto distinto al que parió los dos plenos anteriores producto del cambio en la correlación de fuerzas de los partidos políticos en el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo tras las elecciones del pasado 5 de julio.
A lo anterior también hay que agregar la alta atención que este proceso está teniendo, no sólo ya para la clase política y la sociedad civil organizada, sino además para una considerable parte de la ciudadanía, que tras las diversas manifestaciones sociales de la última década ha desarrollando un músculo y una conciencia social más activa, teniendo en la Marcha Verde y las acciones alrededor de la Plaza de la Bandera, luego de la suspensión de las elecciones municipales de febrero, sus expresiones de mayor impacto reciente.
Ahí la necesidad de que los actores políticos de mayor peso e influencia en este proceso superen la tradición del reparto que ha sido la costumbre para conformar el pleno de la JCE, que sí fuera así tuviera que ser dividido entre los partidos; PRM, PLD y Fuerza del Pueblo, y estos a su vez entre los sectores de Luis Abinader, Hipolito Mejía, Leonel Fernandez y Danilo Medina. Dejando un quinto lugar que bien pudiera ocupar una persona que provenga de las filas de la sociedad civil organizada, que contará con la credibilidad y confianza de los actores en juego.
Ahora bien, lo que la ciudadanía espera o esperaría es que la Comisión Especial del Senado que tiene a su cargo la evaluación de las 336 personas que han aplicado y que está dirigiendo las entrevistas en estos días, pudiera presentar al pleno de las y los senadores una terna para dirigir la JCE para ser aprobada que transmita la confianza, competencia y madurez necesaria, que el momento que vive el país requiere, para dar pasos fuertes en el orden de seguir sumando en la construcción y fortalecimiento de la democracia y las instituciones que le dan sustento.
Lo que dice la gente