Tras la reunión privada entre el presidente de República Dominicana Luis Abinader y el secretario de Defensa de Estados Unidos Pete Hegseth en el Palacio Nacional, Abinader anunció que ampliará temporalmente la cooperación con el país del norte “para reforzar la vigilancia aérea y marítima contra el narcotráfico”.
El presidente dominicano afirmó que estas acciones están amparadas en un acuerdo de interdicción marítima firmado en 1995 durante el Gobierno de Joaquín Balaguer, que recibió un protocolo de enmienda en 2003 durante el Gobierno de Hipólito Mejía.
¿De qué se trataron estos acuerdos?
El acuerdo de 1995, denominado Acuerdo entre el Gobierno de la República Dominicana y el Gobierno de los Estados Unidos de América para suprimir el tráfico ilícito por mar de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, estaba enfocado en la supresión del narcotráfico marítimo, mientras que el Protocolo de 2003 amplió la cooperación para incluir explícitamente el espacio aéreo.
Los principales permisos del acuerdo de 1995 incluían:
•Interdicción Marítima: Permitía a las fuerzas del orden de Estados Unidos (Guardia Costera o Marina) realizar acciones de interdicción contra embarcaciones sospechosas en ciertas áreas de jurisdicción dominicana, o bajo la bandera dominicana, para combatir el narcotráfico.
•Abordaje y Registro: Establecía el marco legal y los procedimientos para el abordaje y registro de buques sospechosos.
•Persecución: Permitía el derecho de persecución por parte de las naves de Estados Unidos de las embarcaciones sospechosas que en su huída entren en las aguas dominicanas.
•Jurisdicción: Definía las condiciones bajo las cuales la jurisdicción sobre los barcos y las personas detenidas sería ejercida por cada una de las Partes.
•Procedimientos de captura: Creaba un protocolo para la incautación de drogas, el manejo de evidencias y la detención de personas encontradas a bordo de embarcaciones sospechosas.
El Protocolo firmado en 2003, se creó específicamente con el deseo de "complementar el Acuerdo para así ampliar la cooperación en la supresión del tráfico ilícito por mar y por aire".
Lo que se sumó al acuerdo original fue:
•Interdicción Aérea: El principal añadido fue la extensión de la cooperación a las operaciones en el espacio aéreo.
•Permiso de Sobrevuelo: El Gobierno de la República Dominicana otorgó permiso a las aeronaves del Gobierno de los Estados Unidos para sobrevolar el territorio y las aguas dominicanas y aterrizar y despegar desde el territorio dominicano.
•Apoyo a Operaciones Antidrogas: Estas operaciones aéreas están sujetas a la supervisión dominicana y se realizan para apoyar las actividades de las fuerzas del orden en la lucha contra el narcotráfico.
En resumen, el acuerdo de 1995 sentó las bases para la cooperación en el mar, y el protocolo de 2003 añadió la crucial dimensión de la cooperación aérea (sobrevuelo y aterrizaje) para reflejar las nuevas rutas de tráfico de drogas.
Contexto del Acuerdo de 1995: La "Ruta del Caribe"
El Acuerdo de 1995 se firmó en un contexto de intensificación de la "Ruta del Caribe" para el tráfico de cocaína desde Sudamérica (principalmente Colombia) hacia Estados Unidos y Europa.
1. Aumento del Tráfico Marítimo
A principios de la década de 1990, las organizaciones de tráfico de drogas (OTD) utilizaban cada vez más el vasto espacio marítimo del Caribe como puente para el contrabando. La República Dominicana, debido a su ubicación geográfica estratégica (en el centro del Caribe y con fácil acceso a Puerto Rico, un territorio estadounidense), se había convertido en un importante país de tránsito y transbordo marítimo.
2. Limitaciones de Soberanía
Las fuerzas de Estados Unidos (especialmente la Guardia Costera) encontraban dificultades para perseguir y abordar embarcaciones sospechosas en aguas internacionales o que enarbolaban el pabellón dominicano sin la cooperación expresa del gobierno de la República Dominicana.
3. Necesidad de Cooperación Legal
El acuerdo de 1995 fue motivado por la urgente necesidad de establecer un marco legal que permitiera a las fuerzas estadounidenses trabajar directamente con las autoridades dominicanas para interceptar cargamentos en alta mar. El objetivo era:
- Agilizar la interdicción: Permitir acciones rápidas antes de que los cargamentos llegaran a las costas dominicanas.
- Cerrar vacíos legales: Evitar que los narcotraficantes usaran las protecciones de la ley marítima internacional (bandera de conveniencia) para evadir la justicia.
Contexto del Protocolo de 2003: La Evasión Aérea
El Protocolo de 2003 surgió porque los narcotraficantes se adaptaron rápidamente a la presión marítima que había impuesto el Acuerdo de 1995, y comenzaron a depender cada vez más de las operaciones aéreas.
1. El Cambio de Modus Operandi
Tras el éxito inicial de las interdicciones marítimas, los grupos criminales comenzaron a utilizar vuelos clandestinos (aviones ligeros o go-fast planes) que entraban y salían del espacio aéreo dominicano, utilizando pistas de aterrizaje remotas o incluso carreteras para dejar los alijos.
2. Limitaciones de Interdicción Aérea
El Acuerdo de 1995 no cubría explícitamente las operaciones aéreas. Para que las aeronaves de vigilancia de EE. UU. pudieran rastrear, interceptar o proporcionar información de seguimiento en tiempo real sobre estas rutas aéreas, era necesario un permiso de sobrevuelo y aterrizaje formal y explícito.
3. Fortalecimiento de la Respuesta Conjunta
El Protocolo de 2003 fue motivado por la necesidad de cerrar la "brecha aérea" y extender la cooperación al aire para:
- Permitir el rastreo: Facilitar a las fuerzas estadounidenses el seguimiento de aeronaves sospechosas desde el aire hacia tierra, en coordinación con la Fuerza Aérea Dominicana.
- Intercambio de inteligencia: Asegurar que la información de radar pudiera usarse para dirigir operativos conjuntos.
En resumen, la firma de estos acuerdos fue un proceso evolutivo: el de 1995 fue una respuesta a la amenaza marítima, y el de 2003 fue una adaptación necesaria a la nueva amenaza aérea del narcotráfico.
El presidente Luis Abinader anunció que amparado en estos instrumentos, autorizó a los Estados Unidos el uso por un tiempo limitado de espacios restringidos en la Base Aérea de San Isidro y el Aeropuerto Internacional de las Américas para la operación logística de aviones de reabastecimiento, el transporte de equipos y personal técnico de las operaciones del Gobierno estadounidense en el Caribe.
A pesar de que el presidente Abinader ha dicho que el alcance de esta misión es "técnico, limitado y temporal", surgen dudas de si estos acuerdos no serían utilizados para fines no relacionados con el narcotráfico que comprometan la autonomía de República Dominicana en decisiones de política exterior.
El hecho de que República Dominicana haya sido víctima de intervenciones militares estadounidenses anteriormente genera desconfianza sobre cualquier acuerdo que implique presencia de las Fuerzas Armadas norteamericanas en el territorio nacional.
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