
Con 27 años, nacida y criada en Nizao, provincia Peravia al sur de la República Dominicana- donde no llega casi nada; negra e hija de madre soltera, pero con una disciplina y una fe inquebrantable, la velocista Marileidy Paulino puso a vibrar a todo un país y puso a sonar las notas de nuestro himno nacional en el Stade de France llenándome- y llenándonos- el corazón de orgullo al conquistar la primera medalla de oro en los 400 metros planos femeninos de los Juegos Olímpicos París 2024.
Hoy viernes 09 de agosto como muchos dominicanos y dominicanas, la he visto competir de una manera majestuosa, y no sólo se consagró al ser la primera mujer dominicana en conquistar una medalla de oro, sino que estableció un nuevo récord que la convierte en la mejor del mundo con un tiempo de 48,17 y se convirtió en la 4ta atleta más rápida en toda la historia de esta disciplina.
Allí estaba Marileidy, que aunque le dicen “Gacela”, para mi le queda corto, en aquella pista mojada por la lluvia demostrando el plátano power del que está hecha y dejando atrás a sus competidoras con un dominio absoluto.
Y lo hizo ella, una muchacha pobre, de un país pequeño y con muchas limitaciones en materia de acceso para quienes se dedican al deporte, es ella nuevamente quien nos llena de gloria.
Cada vez que la veo, dentro o fuera de la pista, me envuelve el pensamiento sobre todo lo que ella y nuestros demás atletas han tenido que desafiar para poder llenarnos de orgullo, un orgullo que no siempre es justo, a juzgar por calidad de vida y condiciones que enfrentan para poder representarnos dignamente.
También pienso en las miles de niñas y mujeres que la ven y dirán yo también puedo, grupo en el que me incluyo porque Marileidy es un espejo donde podemos ver si queremos hacer las cosas bien.
Por eso no sólo admiro a Marileidy por sus habilidades físicas y su disciplina , sino por su coherencia y sensibilidad, por no olvidar de donde vino y todo lo que tuvo que enfrentar, porque luego de ser ovacionada y aplaudida por grandes figuras, funcionarios, marcas y grupos empresariales, ella ha salido al frente a exponer mucho de lo que he dicho anteriormente.
Por ejemplo, en mayo del 2022 la entocnes doble medallista olímpica, Marileidy Paulino, se quejó sobre la situación que vive al estar compitiendo y preparándose para el Mundial de Atletismo sin su entrenador. O cuando denunció las manifestaciones de racismo contra los deportistas de su país por el color negro de su piel. En vez de manifestar su racismo, sostuvo , deberían apoyar y halagar a toda esa juventud que lucha día a día, y con familias que esperan el pan comprado con el sacrificio de los atletas.
También cuando denunció el mal estado en el que se encuentra la pista del Estadio Olímpico Félix Sánchez, situación que la obligaba a desplazarse hasta Bayaguana para poder entrenar. “La pista no está en óptimas condiciones para que una atleta como yo, al menos, pueda entrenar. No hay necesidad de que yo tenga que ir a Bayaguana a entrenar cuando aquí (en la capital) hay una pista”, lamentó.
Confío en que este logro se traduzca en muchas oportunidades para los jóvenes de nuestro país que verán en ella un referente de esos que sí vale la pena promover.
Siempre he sido y me identifico como una abanderada del deporte, quizás porque nací y me crié en San Pedro de Macorís, cuna de grandes deportistas, o porque veo en él la belleza de la disciplina y la unión y verdadero sentido patriótico que promueve.
Por eso es importante para mí aprovechar este momento histórico para recordar que el deporte es una herramienta de transformación social y de formación y un promotor por excelencia de la integración social y el desarrollo económico de contextos geográficos, culturales y políticos. Por eso es una responsabilidad del Estado dominicano, a través del Ministerio de Deportes, generar las condiciones óptimas para nuestros atletas en todas las disciplinas.
Ojala, que el deporte en nuestro país se vea y valore más allá de los Juegos Olímpicos u otro evento de talla internacional, sino que se haga una profunda reflexión sobre la calidad de vida de quienes se dedican a estas disciplinas y las políticas públicas son primordiales para que haya garantías y condiciones óptimas para practicarlas, eso se traduce a: infraestructura, asistencia técnica, promoción, acceso y sostenibilidad.
Dignidad para quienes nos llenan de gloria y orgullo, es mi deseo. Gracias Marileidy por ser inspiración, eres merecedora del éxito que tanta alegría nos ha dado hoy como país y como región, es el inicio de una larga carrera que con la humildad y dignidad que te caracteriza has de recorrer y aquí estaremos para aplaudirte.
Enhorabuena, la mejor del mundo es una dominicana.
Lo que dice la gente