Imagina que vives en República Dominicana, un país ubicado en el Caribe insular y por tanto expuesto cada vez más a los embates del cambio climático producto del mal manejo de los desechos sólidos, la quema de combustibles fósiles, la depredación de recursos naturales y “cantidades industriales” de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ahora imagina que vives en el Distrito Nacional, específicamente en una de las zonas más privilegiadas, y no lo digo por quienes viven en las imponentes torres en la avenida aquella, sino por quienes pueden disfrutar, caminar, ejercitarse o simplemente respirar en el parque Mirador Sur, el pulmón más importante de nuestra ciudad.
Entonces vives en una torre, en un quinto piso para ser exacta, sales a tu balcón y un día te das cuenta que ya no tienes vista al mar, porque los árboles en su estado natural han crecido un poco más. Pero eso no te preocupa, porque tienes el acceso, los contactos y los recursos para mandarlos a podar, incluso las autoridades que tienen el deber de preservar esos árboles te dan la mano sin problemas, es que claro vives en RD.
Mientras recuperas tu vista al mar, hay cientos personas, colectivos y organizaciones que están dedicando toda su vida y esfuerzos luchando por el respeto y protección de nuestras áreas protegidas; como Grupo Jaragua, o como los cientos de voluntarios y voluntarias que limpian nuestras costas como lo hacen en la Fundación Vida Azul, sólo por citar ejemplos.
Pero no, a ti sólo te importa la vista de tu balcón. Imagina también que eres tan pero, pero tan privilegiado que haces todo lo anterior y nadie sabe tu nombre, es más es todo un misterio, a pesar que la Alcaldía del Distrito Nacional cancelara a Osvaldo Alcatara y Carlos Manuel Feliz Mota quienes hicieron posible tu “sueño” y te podaron los 17 árboles intrusos.
Ahora me quiero imaginar que las autoridades harán su trabajo y establecerán consecuencias ante un hecho tan desafortunado como este; que la ciudadanía estará siempre vigilante ante situaciones como esta y las denunciará y que el “ciudadano” cuando pague por su responsabilidad se dará cuenta que puede ir al malecón si quiere ver el mar.
¡Caramba!
Lo que dice la gente